Es lamentable que a una semana de las elecciones se siente una gran tensión política y social a nivel nacional, es preocupante que en demasiadas comunidades del país existe serio descontento con los resultados de las elecciones de las alcaldías, provocando confrontación, violencia, polarizaciones sociales que ponen en más riesgo la ya precaria estabilidad social en el país.
Esto evidencia la gran debilidad de las instituciones del estado en este caso del tribunal supremo electoral el cual evidencio una debilidad escandalosa en todo sentido, desde la incapacidad en detener una vulgar y descarada compaña electoral anticipada, promoviendo inscripciones y no inscripciones dudosas, techos presupuestarios sobrepasados de conformidad con la ley y a la hora con las elecciones el retraso exagerado e injustificado de los resultado del escrutinio de las juntas electorales, lo que cual ha provocado gran descontento y dudas de la legitimidad del proceso electoral.
Espero que las cosas se calmen y que las autoridades electorales actúen conforme la ley y que trabajen para recuperar la credibilidad que escandalosamente han perdido en estas empañadas elecciones.
El riesgo de que el descontento se extienda como pólvora encendida es latente aunque muchos no lo quieran ver o aceptar, cualquiera de los dos candidatos a la presidencia que pasaron a la segunda vuelta han exagerado las promesas de campaña, han abusado en sus ofrecimientos y muchas totalmente irreales, pero que en un pueblo tan necesitado como el nuestro, crea ilusiones, altas expectativas y al no cumplirlas, sumado al descontento con los resultados en muchos municipios se puede provocar un descontento masivo, lo cual provocaría una crisis sociopolítica muy peligrosa para todos los guatemaltecos.
Personalmente responsabilizo a las cúpulas de la desgastada clase política dominante del país y si de alguna manera quieren reivindicar su prestigio es imperativo que propicien una revisión y reforma profunda a la ley electoral y de partidos políticos que le de más fortaleza al TSE para trasparentar los futuros procesos electorales y así fortalecer el estado y su democracia.
Sergio Antonio Hernández Álvarez.
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