Con mucha pena estoy llegando a la conclusión de que a los Guatemaltecos o a la mayoría le gusta la violencia, si, realmente eso es lo que me doy cuenta, pero podría ser un fenómeno dado como un mecanismo de defensa ante la ingobernabilidad en la que hemos vivido durante tanto tiempo, nos gustan las historias de súper héroes que castigan con mano propia a los delincuentes, queremos que se aplique la ley del talión, sentimos completamente justo y con derecho de contratar asesinos para asesinar al que ha asesinado a un ser querido, yo se que duele, que hay que vivir algo así para sentir ese dolor, yo personalmente lo he vivido, yo fui víctima de asesinos, así que sí se lo que se siente, pero EL FIN NUNCA JUSTIFICA LOS MEDIOS eso es inmoral y nos ponemos a la misma altura de esos delincuentes convirtiéndonos en delincuentes queriendo ser justicieros.
Por eso no me extraña que vivamos en tanta violencia, mato al que mata y luego a mi me matan y así el cuento de nunca acabar. Yo se que la gran mayoría no está de acuerdo conmigo me lo han expresado, la gente quiere de autoridades a matones que salgan con escuadrones de la muerte a barrer con todo sospechoso de ser marero, delincuente y asesino, todos quieren ver las cárceles vacías para no estar alimentando a delincuentes antisociales y todos o casi todos verían con buenos ojos que le tiraran una bomba a todas las cárceles donde murieran todos los reclusos, ese seria visto como el súper hombre, el valiente, el asesino héroe, la persona que debe de gobernar. Nos encanta oír historias de justicia por mano propia.
Todo esto probablemente es debido a la inequidad, a la falta de credibilidad en las instituciones del estado de Guatemala, nadie cree en las instituciones todos dicen como la policía no hace nada mejor los busco y los mato, como le MP nunca actúa, mejor matarlos y no meterlos presos. Si seguimos con esa mentalidad NUNCA viviremos en un estado de derecho, mucha gente quisiera que se anularan todas las leyes y que viviéramos en una sociedad de sálvese quien pueda, algo así como en las películas del viejo oeste, todos armados haciendo duelos y balaceras por todos lados, poniéndole precio a la cabeza de cualquiera donde solo el más fuerte y el que mejor dispare sobrevive.
Todo esto lo digo porque mucha gente con su actitud lo que expresa es que quieren venganza no justicia, recuerdan o hacen historia de regímenes dictatoriales como el de Jorge Ubico, como el de Efraín Ríos Mont con sendas trayectorias de asesinatos y represión, adoran a los llamados héroes de guerra que con lujo de violencia aniquilaron a sus enemigos masacrándolos en nombre de la justicia.
Por todo lo anterior no me extraña que vivamos en un país donde violencia es la que manda, doña violencia es la presidenta de nuestra nación, doña violencia y don rencor son el matrimonio perfecto y los que dictan la conducta a seguir, Guatemala se ha convertido en el paraíso de los violentos, de los asesinos, ya que aquí hay asesinos buenos y asesinos malos, en fin, pareciera que todos los Guatemaltecos son capaces de asesinar justificadamente o injustificadamente.
Yo en lo personal no pienso así, yo lamentablemente soy un iluso soñador, soy un ingenuo que aun cree en el orden basado en el respeto de las leyes, lamentablemente soy humanista y por lo tanto respeto la vida humana sea de quien sea, bueno o malo, tengo el defecto de ser idealista y como idealista creo en algo que no existe (lo ideal), creo que el fin NUNCA justifica los medios, no creo en la violencia como arma de justicia. Yo creo en el respeto a las leyes no solo del hombre si las de Dios, creo en el fortalecimiento de las instituciones del estado para vivir en un país civilizado con igualdad de derechos.
Me siento afortunado que a pesar de haber sido víctima de la violencia no guardo ningún rencor hacia nadie y me siento afortunado de estar vivo con mi alma libre de renco y de violencia, me siento afortunado de haber recibido una educación basada en el respeto a los demás, buenos y malos y eso me ha dado una libertad invaluable y espero inculcarle los mismos valores a mis hijos y evitar que sean parte de la sociedad violenta hambrienta de venganza y llena de rencores y miedos.
Tengo fe y esperanza de que algún día se fortalezcan las instituciones del estado y que la gente aprenda a vivir nuevamente sin violencia.
Perdón por mi ingenuidad, por mi idealismo tonto pero ese es mi sueño y mi esperanza.
Sergio Antonio Hernández Álvarez.
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